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miércoles, julio 9, 2025
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Menos IVA, más turismo: Argentina planea incentivo fiscal para atraer visitantes

El Gobierno argentino está evaluando la implementación de un régimen de IVA diferencial para el sector turístico, en una apuesta decidida por recuperar competitividad, reactivar el turismo receptivo e impulsar el movimiento interno. La medida, que forma parte de una estrategia más amplia de fortalecimiento del turismo como motor económico, podría significar un cambio estructural para una industria que viene mostrando signos de recuperación, pero que aún enfrenta severas dificultades producto del contexto económico nacional y global.

En un escenario donde la inflación, la presión fiscal y la caída del poder adquisitivo afectan a buena parte de las actividades económicas, el turismo emerge como un sector con potencial de rápida respuesta, generación de empleo y derrame territorial. De ahí el creciente interés del Gobierno por articular políticas públicas específicas que reduzcan los costos operativos de los prestadores de servicios, amplíen la base de consumidores y posicionen al país como destino internacional competitivo.

Un alivio fiscal para hoteles y servicios turísticos

El eje de la propuesta gira en torno a la creación de un IVA diferencial o reducido para establecimientos hoteleros y prestadores turísticos, una iniciativa que permitiría equiparar las condiciones fiscales del país con las de otros destinos de la región. Según el ministro de Turismo, Daniel Scioli, se trata de una medida concreta para abaratar los costos y hacer más accesible la oferta turística, tanto para los visitantes extranjeros como para los viajeros nacionales.

En declaraciones recientes, danielscioli sostuvo que “es momento de ser creativos”, y subrayó la importancia de “pensar medidas integrales que contemplen tarifas promocionales, estrategias de conectividad, beneficios fiscales y sinergias entre el sector público y privado”. Entre las propuestas en evaluación se encuentra no solo la reducción del IVA en servicios de alojamiento, sino también en paquetes turísticos, actividades recreativas, gastronomía vinculada al turismo y transporte de pasajeros.

Esta reducción impositiva, que podría ubicarse en torno al 10,5 % o incluso menos, permitiría una baja sustancial en los precios finales al consumidor, generando una ventaja frente a destinos competidores del Cono Sur como Brasil, Chile, Perú o Uruguay, donde existen beneficios similares o devolución de impuestos para turistas internacionales.

Turismo receptivo: el desafío de volver a ser atractivos

Uno de los grandes desafíos actuales del turismo argentino es el reposicionamiento como destino competitivo a nivel regional. A pesar de su riqueza natural y cultural, Argentina enfrenta obstáculos vinculados al tipo de cambio oficial, las distorsiones de precios relativos, los altos costos operativos y la falta de incentivos para el turismo receptivo.

La implementación de un IVA diferenciado podría ser clave para captar visitantes de mercados cercanos como Brasil, Paraguay, Chile, Bolivia y especialmente Uruguay, un país que representa un público históricamente interesado en la oferta turística argentina, pero que en los últimos años optó por otros destinos debido al encarecimiento de precios y la pérdida de competitividad.

Para revertir esta tendencia, el Ministerio de Turismo también está trabajando en acuerdos con empresas de transporte fluvial y con Aerolíneas Argentinas, a fin de garantizar tarifas promocionales que faciliten los desplazamientos internacionales. Asimismo, se prevé una campaña de promoción turística orientada a destacar las ventajas del nuevo esquema tributario, en caso de ser aprobado.

Articulación público-privada: una hoja de ruta compartida

El proyecto de IVA diferencial forma parte de una estrategia integral para revitalizar el sector turístico, delineada junto con cámaras empresarias, asociaciones de hotelería y gastronomía, agencias de viajes y gobiernos provinciales. La clave, según reconocen desde el ministerio, es lograr consensos que permitan una implementación gradual y efectiva, sin generar desequilibrios fiscales ni tensiones en la recaudación tributaria.

Diversos sectores empresariales, como la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina (FEHGRA) y la Cámara Argentina de Turismo (CAT), vienen reclamando desde hace años un alivio fiscal que permita sostener la actividad, especialmente en contextos de baja demanda. La pandemia de COVID-19 dejó secuelas profundas en el entramado turístico, y aunque la actividad se ha reactivado parcialmente, la rentabilidad sigue siendo baja en buena parte del país.

En este sentido, el eventual IVA reducido no solo aliviaría las cargas actuales, sino que también funcionaría como incentivo a la formalización, dado que muchas pequeñas y medianas empresas del sector aún operan en la informalidad o en condiciones precarias. Además, la medida podría acompañarse de programas de crédito y financiamiento para la modernización de la infraestructura turística.

Un contexto desafiante pero con oportunidades

La economía argentina atraviesa un momento de transición con ajuste fiscal, apertura parcial de importaciones, reducción de subsidios y reconfiguración de su sistema de precios. En ese marco, el turismo aparece como una actividad estratégica para generar divisas, impulsar economías regionales y crear empleo. Se estima que el sector representa cerca del 8 % del PBI en forma directa e indirecta, y emplea a más de un millón de personas en todo el país.

En 2023, el país recibió más de 6,5 millones de turistas internacionales, una cifra que marcó una recuperación respecto de los años pandémicos, pero aún por debajo del récord alcanzado en 2019. Los principales mercados emisores fueron Brasil, Chile, Uruguay, Paraguay y Estados Unidos, con fuerte incidencia del turismo de cercanía y la visita de familiares.

Para 2025, el objetivo del Gobierno es superar los 8 millones de visitantes extranjeros, un número ambicioso pero alcanzable si se implementan incentivos adecuados. En paralelo, se busca fortalecer el turismo interno, que representa la mayor parte del movimiento turístico nacional y cumple un rol clave en la sustentabilidad del sector.

Turismo como política de Estado

El ministro Daniel Scioli ha expresado que el turismo debe consolidarse como una política de Estado sostenida en el tiempo, con acuerdos interministeriales y estrategias de largo plazo. En ese marco, el IVA diferencial es apenas una pieza dentro de un esquema más amplio que incluye:

  • Promoción internacional en ferias y eventos turísticos globales

  • Desarrollo de infraestructura en destinos emergentes

  • Digitalización de servicios turísticos y portales de reservas

  • Capacitación profesional y certificación de calidad

  • Incentivos al ecoturismo, el turismo rural y el turismo gastronómico

  • Sinergias con el sector cultural, deportivo y productivo

Esta visión integral apunta a convertir al turismo en un verdadero vector de desarrollo territorial, sostenible e inclusivo, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y las tendencias internacionales del sector.

Vocación federal y destinos con potencial

La implementación del IVA diferencial podría tener un impacto federal significativo, ya que beneficiaría a destinos turísticos de todas las regiones del país, desde los clásicos como Bariloche, Iguazú, Mendoza y Salta, hasta emergentes como el Iberá, la Ruta del Vino, el Norte Grande, la Patagonia Azul y la Costa Atlántica bonaerense.

En muchos de estos lugares, el turismo es una de las pocas actividades económicas capaces de generar empleo joven, dinamizar el comercio local y estimular el arraigo. Por ello, diversas provincias ya expresaron su respaldo a la medida y comenzaron a trabajar en planes de desarrollo turístico alineados con los nuevos incentivos fiscales.

Mirada internacional: aprender de otras experiencias

La experiencia internacional muestra que los regímenes de IVA reducido para el turismo son comunes en muchos países que compiten con Argentina por el turismo receptivo. España, por ejemplo, aplica un IVA del 10 % a la hostelería, y Portugal ofrece tasas aún menores en regiones con baja densidad turística. En América Latina, países como Perú y Colombia implementan devolución del IVA para turistas extranjeros, mientras que Uruguay aplica políticas fiscales de devolución selectiva para incentivar el consumo turístico.

Estos casos demuestran que una política fiscal bien diseñada no solo no afecta negativamente la recaudación, sino que puede incrementarla a mediano plazo, al expandir la base imponible, mejorar la formalización y aumentar el flujo turístico. En Argentina, el desafío será articular esta reforma sin generar tensiones con otros sectores productivos o con el equilibrio fiscal general.

¿Qué se espera en los próximos meses?

El proyecto de IVA diferencial para el turismo está siendo evaluado en distintas áreas del Ejecutivo nacional, y podría ingresar al Congreso como parte de un paquete de medidas para la reactivación económica. También se baraja la posibilidad de implementar la reforma a través de decretos o resoluciones de AFIP en casos puntuales, como la hotelería o el turismo receptivo.

En paralelo, el Gobierno busca consensuar con los principales actores del sector un plan de implementación gradual, con monitoreo permanente de resultados y evaluación de impacto. El objetivo es que la medida tenga efectos reales sobre los precios, la competitividad y el flujo turístico, sin generar efectos colaterales indeseados.

Mientras tanto, destinos turísticos, cámaras empresarias, agencias de viaje y prestadores de servicios aguardan con expectativas el desenlace de una iniciativa que podría marcar un punto de inflexión para el turismo argentino en un contexto global cambiante.

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