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domingo, octubre 26, 2025
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Puerto Iguazú consolida su liderazgo turístico en el NEA: el único destino que recuperó los niveles prepandemia

Un reciente informe del Instituto IERAL, perteneciente a la Fundación Mediterránea, reveló un fenómeno que preocupa al sector turístico del noreste argentino (NEA): la reducción de la brecha cambiaria generó una fuerte pérdida de competitividad en los destinos nacionales, especialmente en aquellos que dependen de la llegada de visitantes extranjeros. En ese contexto, el estudio destaca que Puerto Iguazú se posiciona como una excepción dentro de la región, siendo el único destino que logró recuperar los niveles de visitantes y ocupación hotelera registrados antes de la pandemia.

De acuerdo con el análisis, el cambio en la coyuntura económica y la disminución de la brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo tuvieron un impacto directo en el comportamiento de los turistas. A partir de fines de 2023, la baja en la competitividad de los destinos argentinos generó una retracción en el turismo receptivo —es decir, la llegada de visitantes extranjeros—, acompañada por un aumento en la salida de turistas locales hacia el exterior. Esta tendencia se acentuó durante 2024, afectando especialmente a las provincias del NEA, que comparten fronteras con Brasil y Paraguay, países donde las condiciones cambiarias resultaron más favorables para los argentinos.

El trabajo del IERAL, firmado por los investigadores Gerardo Alonso Schwartz, Juan Cuevas y Nayla Cabal, analizó dos variables clave para comprender la situación: el porcentaje de plazas hoteleras ocupadas y la cantidad de turistas hospedados en las principales ciudades turísticas de la región. Estas ciudades son Puerto Iguazú (Misiones), Posadas (Misiones), Corrientes (Corrientes), Resistencia (Chaco) y Formosa (Formosa). A partir de estos indicadores, los especialistas detectaron un comportamiento dispar entre los destinos del NEA, con algunos que aún no logran alcanzar los niveles de actividad de 2019.

En lo que respecta a la ocupación hotelera, el informe subraya que tres ciudades —Puerto Iguazú, Resistencia y Posadas— se encuentran por encima del promedio nacional, lo que demuestra una recuperación parcial de la demanda turística. Sin embargo, Corrientes y Formosa permanecen por debajo de los valores de referencia, reflejando un menor flujo de visitantes. Este indicador, que sirve para determinar el grado de preferencia de los turistas por determinados destinos, muestra que Iguazú se mantiene como el polo turístico más dinámico de la región.

La segunda variable, vinculada a la cantidad total de turistas nacionales y extranjeros hospedados, arroja un panorama más desigual. Iguazú es la única ciudad del NEA que consiguió recuperar los niveles de turismo registrados antes de la pandemia, mientras que el resto de las localidades continúa recibiendo un número significativamente menor de visitantes. Esta disparidad evidencia las diferentes realidades económicas y estructurales dentro de la región, así como el peso que tiene la infraestructura turística y la promoción internacional en la recuperación del sector.

No obstante, incluso en el caso de Puerto Iguazú, el estudio propone una mirada comparativa con otros destinos de relevancia en Sudamérica. Al analizar la evolución de las visitas al Parque Nacional Iguazú —el principal atractivo turístico de la ciudad y uno de los íconos naturales de la Argentina— frente a otros sitios emblemáticos de la región, como el Parque Nacional do Iguaçú en Brasil y las ruinas de Machu Picchu en Perú, se observa una recuperación importante pero todavía incompleta.

Durante los primeros ocho meses de 2025, el Parque Nacional Iguazú registró el ingreso de aproximadamente 1.029.000 visitantes, superando el millón de personas y mostrando una mejora del 20,5% respecto del mismo período de 2024. En aquel año, el atractivo había recibido menos de 900.000 turistas. Sin embargo, al comparar con los niveles alcanzados en 2023 y 2019, aún se evidencia una leve caída: -4,5% y -5,8%, respectivamente. Esta brecha sugiere que, aunque la recuperación está en marcha, todavía falta consolidar la estabilidad del flujo turístico para alcanzar y sostener los récords previos a la pandemia.

El informe explica que este desempeño desigual entre destinos argentinos y extranjeros responde, en gran medida, a los efectos del nuevo contexto económico nacional. La caída de la brecha cambiaria redujo las ventajas que anteriormente tenía la Argentina como destino “económico” para los visitantes del exterior, mientras que para los turistas locales, viajar al extranjero se volvió más accesible. Como resultado, el país experimentó simultáneamente un aumento en la cantidad de argentinos que viajan fuera del país y una reducción en la llegada de visitantes internacionales.

Esta dinámica impactó con fuerza en las economías regionales del NEA, que dependen en gran medida del turismo de frontera y del gasto de los visitantes extranjeros. En lugares como Posadas, Corrientes o Formosa, la menor llegada de turistas brasileños y paraguayos repercutió directamente en la ocupación hotelera, la gastronomía, el transporte y la actividad comercial. En contrapartida, Iguazú logró resistir mejor este escenario adverso gracias a su posicionamiento consolidado como destino internacional y a la presencia de un atractivo natural de fama mundial.

Sin embargo, los investigadores advierten que el futuro del turismo en el NEA dependerá de la capacidad de los destinos de adaptarse al nuevo entorno económico. Entre los principales desafíos mencionados se encuentra la necesidad de fortalecer la conectividad aérea, tanto entre las provincias argentinas como con los países vecinos. La región aún presenta limitaciones significativas en materia de vuelos directos y frecuencias, lo que encarece y dificulta la llegada de turistas internacionales y nacionales.

En este sentido, el informe resalta como un avance positivo la próxima inauguración de la ruta aérea Puerto Iguazú–Lima, prevista para diciembre de 2025. Esta nueva conexión permitirá vincular directamente el destino misionero con uno de los principales hubs turísticos y de conexión aérea de Sudamérica, abriendo la posibilidad de captar nuevos mercados emisores de turistas. Además, contribuirá a posicionar a Iguazú como puerta de entrada a la Argentina desde la región andina y el Pacífico.

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Otro eje de trabajo señalado por el estudio es la necesidad de innovar en la oferta turística. Según el IERAL, los destinos del NEA deberían diversificar sus propuestas con el objetivo de prolongar la estadía de los visitantes y aumentar el gasto promedio por turista. Esto implica desarrollar experiencias complementarias —como turismo de naturaleza, bienestar, cultura y gastronomía regional— que motiven a los viajeros a permanecer más noches en el destino.

La integración entre destinos cercanos también aparece como una oportunidad estratégica. La idea es fortalecer los lazos entre los distintos puntos turísticos del NEA, generando circuitos regionales que incluyan atractivos de distintas provincias o incluso de países limítrofes. Esta sinergia permitiría distribuir mejor el flujo turístico, dinamizar las economías locales y posicionar a la región como un destino integral ante los mercados internacionales.

En paralelo, el informe advierte que las políticas públicas y la coordinación institucional entre provincias serán determinantes para sostener la competitividad del turismo. En los últimos años, las economías regionales del NEA han atravesado fuertes fluctuaciones derivadas de los cambios macroeconómicos nacionales, los costos del transporte y la falta de previsibilidad cambiaria. Por ello, los especialistas recomiendan promover estrategias de largo plazo orientadas a fortalecer la infraestructura turística, mejorar los servicios y mantener un entorno estable para las inversiones del sector.

El caso de Puerto Iguazú demuestra que, con una combinación adecuada de promoción, conectividad y gestión, es posible alcanzar resultados positivos incluso en contextos adversos. La ciudad misionera ha logrado capitalizar su reconocimiento global y su cercanía con Foz do Iguaçú, del lado brasileño, para sostener un flujo constante de visitantes. Además, su infraestructura hotelera y de servicios se ha mantenido en expansión, lo que le permite recibir a turistas de distintas nacionalidades durante todo el año.

Sin embargo, la situación en el resto del NEA es menos alentadora. Corrientes, Resistencia, Formosa y Posadas enfrentan dificultades estructurales para atraer visitantes en el contexto actual. La menor llegada de turistas extranjeros afecta a los emprendimientos locales, y la mayor competencia de destinos internacionales con precios más accesibles limita el crecimiento del turismo interno. En este sentido, el desafío radica en reposicionar a estos destinos mediante estrategias que valoricen sus identidades culturales, sus paisajes naturales y sus eventos característicos.

El estudio del IERAL también invita a reflexionar sobre la relación entre el tipo de cambio y la sostenibilidad del turismo en regiones de frontera. Cuando la brecha cambiaria es elevada, los destinos argentinos resultan más competitivos frente a sus pares extranjeros, y los turistas locales optan por vacacionar dentro del país. Pero cuando el tipo de cambio se estabiliza o se reduce, los flujos se invierten: el turismo emisivo crece, mientras que el receptivo se retrae. Esta vulnerabilidad, que afecta especialmente a provincias limítrofes como Misiones, Corrientes y Formosa, resalta la necesidad de diseñar políticas de desarrollo turístico que no dependan exclusivamente de los vaivenes cambiarios.

En términos más amplios, la situación del NEA refleja los contrastes de un país con una enorme diversidad de destinos, pero también con marcadas asimetrías en infraestructura, promoción y conectividad. Mientras Iguazú concentra la atención internacional y logra mantener su nivel de actividad, otras ciudades del litoral luchan por insertarse en los circuitos turísticos nacionales e internacionales. La clave, según los analistas, está en aprovechar la complementariedad de los destinos y trabajar de manera articulada para construir una marca regional fuerte.

De cara al futuro, el panorama del turismo en el NEA presenta un doble desafío: por un lado, adaptarse al nuevo contexto económico y cambiario; y por otro, impulsar una transformación estructural que permita diversificar la oferta y atraer inversiones sostenibles. Si bien la reducción de la brecha cambiaria redujo la competitividad a corto plazo, también podría representar una oportunidad para que los destinos desarrollen estrategias más sólidas y menos dependientes de las ventajas coyunturales del tipo de cambio.

El caso de Puerto Iguazú demuestra que la resiliencia turística es posible cuando se combinan una gestión eficiente, una oferta atractiva y una infraestructura adecuada. Su ejemplo puede servir de referencia para el resto de la región, que deberá redoblar esfuerzos para fortalecer sus productos turísticos, mejorar su conectividad y consolidar su identidad regional frente al mercado internacional.

En definitiva, el informe del Instituto IERAL aporta una mirada clara sobre el presente y el futuro del turismo en el noreste argentino. Si bien el contexto macroeconómico plantea desafíos importantes, la región cuenta con un potencial enorme basado en su riqueza natural, cultural y humana. Aprovecharlo plenamente dependerá de la capacidad de cada destino para adaptarse, innovar y trabajar de manera conjunta en pos de un desarrollo turístico más competitivo y sostenible.

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