La industria turística está a punto de experimentar una transformación significativa gracias a la inteligencia artificial 2.0, según un informe de la consultora Phocuswright. Esta nueva generación de inteligencia artificial, que incluye agentes autónomos capaces de realizar tareas complejas, como la gestión y venta de paquetes turísticos, podría optimizar la experiencia del viajero y la eficiencia operativa de las empresas del sector. Estos agentes superan las capacidades de los actuales chatbots, ofreciendo personalización extrema basada en las preferencias del usuario.
Personalización y sus desafíos en el turismo
La capacidad de personalización de los agentes autónomos permite crear experiencias de viaje a medida, ajustando cada detalle a las necesidades del usuario. No obstante, plantea desafíos como la posible segmentación del mercado y la creación de «burbujas turísticas», limitando la exposición a nuevas experiencias. Además, la demanda de servicios personalizados podría sobrecargar las infraestructuras actuales, obligando a las empresas a invertir en tecnología más avanzada.
Impacto en el empleo y oportunidades futuras
Si bien la automatización podría reducir hasta un 30% de los empleos en agencias de viajes, también abriría nuevas oportunidades en áreas como el desarrollo de software y la gestión de experiencias personalizadas. Según Phocuswright, los agentes humanos y la inteligencia artificial podrían coexistir, con esta última asumiendo tareas repetitivas y los humanos enfocándose en roles que requieran interacción personal.
Regulación y privacidad de los datos
Con el avance de la inteligencia artificial, la regulación y la protección de datos se convierten en prioridades. Es esencial establecer un marco legal que garantice la transparencia en el uso de algoritmos y la protección de la privacidad de los usuarios. La responsabilidad en caso de problemas durante el viaje debe clarificarse antes de la adopción masiva de estos agentes.