La temporada estival en Argentina concluyó con un panorama desalentador para el turismo interno. Según los datos proporcionados por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), el flujo de turistas disminuyó un 3,9% en comparación con el verano anterior, mientras que el impacto económico se redujo en un 19,4%, alcanzando un total de $8,7 mil millones. Además, la duración promedio de las estadías se acortó significativamente, situándose en 3,2 noches, una caída del 17,2% frente al año pasado.

Factores que inciden en la caída del turismo interno

Desde CAME explicaron que esta disminución se debe en parte a la apreciación del peso argentino y a la reducción en la brecha cambiaria, lo que ha facilitado los viajes al exterior. Destinos como Chile, Brasil y Uruguay se tornaron más accesibles para los turistas. Además, los viajeros optaron por estadías más cortas y moderaron sus gastos durante sus visitas.

Desempeño de los destinos turísticos en Argentina

Algunos destinos lograron mantener niveles de ocupación relativamente altos, gracias a eventos de gran convocatoria y al turismo regional. La Costa Atlántica, con Mar del Plata a la cabeza, registró ocupaciones de entre el 70% y el 80%, alcanzando picos del 90% los fines de semana. En tanto, Córdoba recibió cerca de 4 millones de turistas, con un promedio de ocupación del 75%, impulsado por festivales como el de Cosquín. En el Norte argentino y la Patagonia, los festivales y la oferta cultural fueron fundamentales para atraer visitantes. San Carlos de Bariloche destacó con un 80% de ocupación hotelera. El Litoral argentino también mostró un buen desempeño, con Corrientes y Misiones liderando la ocupación gracias a eventos como la Fiesta Nacional del Chamamé y las Cataratas del Iguazú.