La arquitectura misionera suma un nuevo reconocimiento en el escenario nacional con la distinción otorgada al Puesto Uruzú, una intervención ubicada dentro del Parque Provincial Urugua-í, que obtuvo el Primer Premio en la subcategoría A5: Paisajismo del Premio Bienal SCA–CPAU de Arquitectura Argentina, organizado por la Sociedad Central de Arquitectos y el Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo. El galardón posiciona a Misiones dentro de los debates contemporáneos sobre diseño responsable, conservación ambiental e innovación territorial, y confirma la presencia creciente de proyectos locales en competencias de prestigio profesional.

La edición actual del certamen contó con 249 trabajos presentados, un récord histórico que evidencia la amplitud de miradas sobre la arquitectura en el país, desde intervenciones urbanas hasta propuestas vinculadas al patrimonio natural. En ese marco, el reconocimiento al Puesto Uruzú implica no solo un logro técnico, sino también una valoración explícita del enfoque adoptado: una arquitectura que integra paisaje, memoria del territorio y uso público, siempre bajo criterios de bajo impacto y respeto por el ecosistema del Bosque Atlántico.

Un proyecto que redefine la manera de habitar la selva misionera

El Puesto Uruzú forma parte de una intervención integral en el área de uso público del Parque Provincial Urugua-í, uno de los pulmones verdes más extensos e importantes de la provincia. Su concepción se vincula a una premisa clara: como diseñar infraestructura para visitantes sin alterar la lógica propia de la selva. Este desafío, central en los debates actuales sobre arquitectura en ambientes protegidos, se tradujo en decisiones proyectuales que priorizan la adaptación al terreno, la utilización de materiales locales y la devolución al monte de un rol protagónico en la configuración del espacio.

El corazón del proyecto es un manto de piedra basáltica, una superficie continua y orgánica que organiza los recorridos, vincula construcciones nuevas con estructuras preexistentes y establece un diálogo material con el entorno inmediato. Esta solución, además de su durabilidad, permite conservar huellas de tránsito existentes sin necesidad de abrir nuevas sendas o generar alteraciones mayores en el suelo. La piedra, extraída de la propia región, funciona como un hilo conductor que no interrumpe la mirada del visitante hacia la vegetación y los cursos de agua.

Complementariamente, los dispositivos de avistamiento fueron construidos en madera de pino taeda, una especie de reforestación ampliamente utilizada en Misiones. Esta elección permite trabajar con una técnica que los pobladores de la zona conocen y dominan, lo que reduce costos, fortalece la participación local y genera una arquitectura cercana a los modos constructivos tradicionales. Desde estos puntos elevados, los visitantes acceden a vistas panorámicas de la selva paranaense y pueden observar aves, mamíferos y flora nativa sin interferir en la dinámica propia del ecosistema.

En sectores donde la infraestructura enfrenta desafíos mayores —como las zonas expuestas a crecidas del arroyo Uruzú o el portal-mirador— se recurrió al hormigón armado, un material que garantiza la resistencia necesaria sin perder la vocación de sobriedad formal. La combinación equilibrada entre madera, piedra y hormigón da como resultado una obra que se integra al paisaje sin imponerse, que se reconoce como intervención humana pero que evita la monumentalidad o la presencia excesiva.

Arquitectura de bajo impacto: reversibilidad y fusión natural

Uno de los conceptos centrales del proyecto es la reversibilidad: la idea de que la obra pueda ser modificada, desmontada o reconvertida sin generar daños permanentes en el medio natural. Este principio guía intervenciones contemporáneas en reservas y áreas protegidas, donde el equilibrio entre infraestructura y conservación es fundamental. En el Puesto Uruzú, la reversibilidad se expresa en los anclajes mínimos, en la ausencia de movimientos de suelo innecesarios y en la utilización de soluciones constructivas que permiten que la vegetación vuelva a ocupar espacios con el paso del tiempo.

La mimetización con el monte es otro rasgo distintivo. Materiales, colores, texturas y escalas fueron elegidos para que el visitante perciba la presencia de la obra como parte del paisaje cultural de la selva. No se trata de ocultarla, sino de integrarla a un diálogo armónico con el ambiente. Así, la arquitectura aparece como una mediación entre el ser humano y la naturaleza, no como un elemento disruptivo.

El proyecto también consolida huellas y trazas ya existentes, evitando abrir nuevos recorridos que fragmenten el hábitat o generen presión innecesaria sobre áreas sensibles. Esta decisión, además de reducir impactos, refuerza la lectura histórica del lugar y permite que los visitantes transiten caminos heredados del uso tradicional del parque.

Una obra en etapa piloto: apertura progresiva del parque

Actualmente, el Parque Provincial Urugua-í se encuentra en apertura parcial, de miércoles a domingo, en un modo exploratorio o piloto. Esta modalidad permite evaluar el comportamiento de la infraestructura en su etapa inicial, medir la respuesta del público y detectar ajustes necesarios en el uso de los espacios. La apertura progresiva también es coherente con la lógica de cuidado del área protegida: habilitar la visita sin saturar el ecosistema y monitorear el flujo de personas en sectores sensibles.

El Puesto Uruzú, en este contexto, funciona como una pieza clave para ordenar la experiencia del visitante. Oficia como punto de referencia, lugar de descanso, sitio de observación y espacio de transición entre senderos y áreas de uso público. La obra no solo facilita la estadía dentro del parque, sino que también genera condiciones para que la visita sea educativa, contemplativa y consciente del valor ecológico del entorno.

Mirada interdisciplinaria: arquitectura, sustentabilidad y biodiversidad

El proyecto fue diseñado por los arquitectos Marcela Gadea y Matías Taborda, acompañados por un equipo de especialistas en arquitectura, ingeniería, sustentabilidad y biodiversidad. La intervención fue promovida por el Ministerio de Turismo de Misiones, con participación técnica del Ministerio de Ecología de Misiones y el equipo de la Subsecretaría de Gestión Estratégica.

Construida entre 2023 y 2024, la obra articula saberes técnicos con conocimientos ecológicos, incorporando perspectivas que trascienden la arquitectura y que buscan garantizar que cada decisión tenga un sustento científico y ambiental. Esta visión interdisciplinaria es fundamental en áreas donde la biodiversidad es un patrimonio irremplazable y donde la planificación debe atender múltiples dimensiones: biológica, social, turística y cultural.

El Puesto Uruzú se convierte así en un ejemplo de cómo las instituciones públicas pueden promover proyectos de infraestructura que acompañen objetivos de conservación, al tiempo que mejoran la experiencia de investigadores, guías y público general. El modelo de intervención sienta precedente para futuras obras en parques y reservas, no solo en Misiones sino también en otras regiones del país que enfrentan desafíos similares.

La Bienal SCA–CPAU y el reconocimiento nacional

El Premio Bienal SCA–CPAU es uno de los galardones más relevantes dentro del campo profesional de la arquitectura argentina. La presencia de un jurado integrado por figuras de peso en la disciplina y una jurada internacional invitada otorga a la distinción una visibilidad significativa en el debate sobre diseño y territorio.

En esta edición, con 249 trabajos en competencia, la intervención misionera logró destacarse por su sensibilidad territorial, la pertinencia de sus decisiones formales y materiales, y su capacidad para proponer una mirada contemporánea sobre la relación entre arquitectura y ambiente. El reconocimiento no solo celebra la calidad del proyecto, sino que también revaloriza el rol de la arquitectura en contextos naturales donde el desafío principal es no invadir, no imponer y no colonizar, sino acompañar, interpretar y respetar.

Para Misiones, este premio implica una oportunidad estratégica: consolidar una identidad arquitectónica propia, asociada a la selva, a los materiales locales, al cuidado ambiental y a un modo de diseñar profundamente enraizado en el territorio. La distinción nacional también coloca a la provincia en conversaciones más amplias, donde el turismo, la conservación y la creación artística encuentran puntos de cruce cada vez más relevantes.

Un impulso para la provincia: integración entre turismo, conservación y diseño

El reconocimiento al Puesto Uruzú reafirma la importancia del Parque Provincial Urugua-í como uno de los grandes pulmones verdes del Bosque Atlántico en Argentina. Al mismo tiempo, pone en valor el trabajo de equipos técnicos y profesionales misioneros que, desde hace años, desarrollan proyectos con enfoque sostenible.

Esta distinción no se limita al campo de la arquitectura: también tiene impacto en el posicionamiento turístico de Misiones, que se presenta como una provincia capaz de integrar naturaleza, cultura y diseño contemporáneo en experiencias de alto valor. La infraestructura de bajo impacto se convierte en un elemento clave para atraer visitantes interesados en el ecoturismo, el avistamiento de fauna, la educación ambiental y las actividades recreativas dentro de áreas protegidas.

El premio refuerza además una tendencia creciente: la necesidad de repensar cómo construimos en contextos de alta fragilidad ecológica. Misiones, con este proyecto, demuestra que es posible desarrollar infraestructura sin reproducir los modelos extractivistas o invasivos que históricamente dañaron la selva. La arquitectura, en este sentido, aparece como una aliada estratégica en la protección del monte.

Puesto Uruzú: una obra que trasciende el reconocimiento

Más allá del premio, el Puesto Uruzú se inscribe en una narrativa mayor: la de una provincia que apuesta por un modelo de desarrollo donde el ambiente no es un obstáculo, sino un valor. Donde el turismo no se piensa como explotación intensiva, sino como experiencia educativa y cultural. Donde la arquitectura se concibe como herramienta de mediación sensible con el territorio.

El proyecto se suma a un conjunto de iniciativas que reflejan una visión consistente: caminos que buscan minimizar impactos, centros de visitantes construidos con criterios bioclimáticos, senderos interpretativos diseñados con materiales locales y una creciente red de áreas protegidas con infraestructura adecuada para una visita responsable.

En ese marco, el reconocimiento de la Bienal SCA–CPAU no solo celebra una obra puntual, sino que confirma un rumbo, una manera de pensar el espacio público dentro de la naturaleza que coloca a Misiones como referente en la Argentina.

Un futuro donde arquitectura y selva continúan dialogando

El Puesto Uruzú abre nuevas posibilidades para la reflexión y la práctica profesional en la provincia. Su diseño invita a pensar en cómo construir menos y mejor; en cómo permitir que la naturaleza sea la protagonista; en cómo diseñar desde la humildad, la observación y la escucha del territorio.

La arquitectura que propone Misiones a través de esta obra no busca imponerse, sino acompañar los ritmos del monte, aprender de ellos y ofrecer a los visitantes una manera más respetuosa de vivir la experiencia de la selva. Este enfoque contemporáneo, sensible y territorialmente enraizado es el que hoy recibe reconocimiento nacional, y es también el que marca un camino posible para los próximos proyectos en parques y reservas.

Tal vez te interese leer: https://turismomisiones.com.ar/2025/11/26/torneo-nacional-de-mamis-hockey/